Invalidez Dolan
El Lego de Dolan.
Además de ser inválidas las órdenes recibidas de Lefebvre, por haber sido supuestamente «ordenado sacerdote» y «consagrado» Obispo» por el luciferino masón del Cardenal Lienart, el lego Dolan, si Lefebvre hubiese sido Obispo, sería simplemente un Diácono, ya que recibió la ordenación «sacerdotal» con una mano (que es la materia del Diaconado) ya que el Pontifical Romano manda poner las dos manos (esa es la materia del sacramento del Orden Sacerdotal); posteriormente recibió el «episcopado».
La cuestión del debate es si pueden recibirse las órdenes per saltum, o sea, si alguien que no ha recibido la gracia del sacerdocio y es consagrado obispo lo es o no lo es. El Código de Derecho Canónico dice expresamente que está prohibido recibir las órdenes per saltum, no obstante prohibición no es igual a validez. Los teólogos son unánimes al respecto, sin embargo, cito al Dr. Angélico, Santo Tomás de Aquino, el Maestro de la Escuelas, nos dice que es inválido el episcopado recibido per saltum; con lo cual habría que concluir que Dolan no es obispo, y que las consagraciones de otros obispos, y ordenaciones de sacerdotes, realizadas por Dolan, son invalidas.
Esto ¿tiene importancia? desde luego y mucha; porque si Dolan no es obispo, es un lego, y siendo un lego los «obispos» que haya «consagrado», no son tales y los «ordenados»; con lo cual los fieles estarían engañados, con confesiones y comuniones inválidas. Además téngase en cuenta que si los sacramentos se reciben en la duda de su validez, es un sacrilegio.
Si fuera obispo verdadero, todo estaría correcto; si no lo fuera, cabe una solución: la ordenación y consagración sub conditione, para cuya solicitud se necesita humildad, de la cual carece el lego Dolan. Más como no se puede actuar en la duda, y en lo sacramental el fiel esta obligado a seguir el camino seguro (tuciorismo), debe hacer cuanto está en su mano e informarse para decidir con conciencia recta, de manera que así no comete pecado.
Tal vez alguien pueda pensar que algún prejucioso se moleste por esta publicación; sin embargo, hemos preferido informar para hacer todo lo posible y evitar que se cometan pecados de sacrilegio, nulas confesiones e, incluso, probables idolatrías. Quien se escandaliza con la Verdad, sobre él cae el pecado de escándalo.
Pero, si con esta publicación al menos evitamos un pecado, será para la Gloria de Dios. No tenemos ninguna simpatía a Dolan, pero eso no nos mueve, nos mueve, valga la redundancia el amor a Jesucristo, a quien sólo queremos servir por encima de otras dignidades, verdaderas o supuestas como es el caso del lego Dolan.
Pero analicemos está cuestión más extensamente.
¿Cuál es el origen del problema con la ordenación sacerdotal de Daniel Dolan?
El 21 de Septiembre de 1990 nueve sacerdotes estadounidenses escribieron al lego Dolan una carta admonitoria. En ella concluían:
“Puesto que su ordenación fue conferida con una mano, debemos sostener que es invalida, a menos que se presenten pruebas de que la ordenación con una mano es ciertamente válida”. Urgían a Dolan a “investigar diligentemente el problema” y a reportar sus conclusiones.
¿Cuán cierta es esta afirmación de que Dolan fue «ordenado» por Lefebvre con una mano?
Se ha afirmado que al momento que se escribió la carta había muchos desacuerdos y rivalidades entre los «sacerdotes» estadounidenses que habían roto con la FSSPX. Tal vez alguno simplemente lanzó un rumor como artimaña.
1. Los nueve «sacerdotes», dos de los cuales son «obispos» hoy en día, deben haber estado moralmente ciertos de las alegaciones, pues de otra manera sus conciencias no les hubieran permitido firmar esa carta. Esta inferencia debe ser verdadera ya que un «sacerdote» ha afirmado que muchos clérigos estadounidenses en aquel tiempo estaban al tanto del informe de que Lefevbvre había conferido una «órden sacerdotal» con una mano en 1976.
2. Informes de primera mano por parte de antiguos seminaristas en Écône y Winona relatan que era comúnmente sabido que una de las las ordenaciones de 1976 fué hechas con una mano.
3. Un testigo presente en la ordenación de 1976 confirmó por escrito que la ordenación con una mano tuvo lugar, y confió su enojo con los clérigos más antiguos que estaban presentes en el santuario por no haber intervenido al momento en que ocurrió el defecto. Otra persona, que no estuvo presente en la ordenación de 1976, supo por parte de testigos presenciales que Lefebvre “entró en pánico” después de la ceremonia pero que luego se tranquilizó ya que otra persona le “explicó” la validez de las órdenes conferidas con una mano. Una persona muy bien informada y conocedora del primigenio ambiente cultural en Écône cree que es probable que la declaración de validez no fue como resultado del estudio sino de una opinión ad-hoc con el fin de tranquilizar la ansiedad de Lefebvre.
4. Si Dolan sabía sin sombra de dudas que había sido «ordenado» con dos manos, entonces por derecho natural y en justicia natural tenía el deber moral de negar inmediata, vigorosa e inequívocamente la afirmación de los nueve «sacerdotes» de que su “ordenación» fue hecha con una mano. Dolan replicó el 5 de octubre de 1990, y meramente afirmó que no notó “solamente una mano”. Luego afirmó que Cekada, “sentado en el órgano, a 20 pies de distancia” no notó nada “relacionado con una mano”. Tal afirmación no es una negación categórica en la cual alguien pueda confiar. Antes que nada, su cabeza estaría inclinada hacia abajo, y es lo más probable que, siendo un ordenando, estaría preocupado con muchas otras cosas en ese momento. Además, Cekada, “siguiendo el texto y las rúbricas de la ceremonia en un cuadernillo latino-inglés”, fácilmente pudo haberse perdido la imposición por estar ocupado leyendo o pudo no haber podido ver claramente a tal distancia, habiendo tantas personas en el santuario. Además, probablemente estaba más preocupado con sus obligaciones como organista y así pudo no haber prestado demasiada atención al rito, puesto que los lefebrisnos creían y creen que todo lo que hacía Lefebvre estaba bien. La respuesta de Dolan nos da otra indicación indirecta de no haber estado realmente convencido que el «Arzobispo» había usado las dos manos. Dolan afirmó que ni él ni Cekada tenían tiempo para preparar “una monografía de 30 páginas” y “gastar precioso tiempo produciendo estudios de investigación”. Sin embargo en el 2000, con la aparición de la monografía de Cekada de 28 páginas “The Validity of Ordination Conferred with One Hand”, Dolan, de hecho, cumplió los requisitos de los nueve sacerdotes que le urgían “diligentemente a investigar el problema y a que nos haga saber cualquier descubrimiento que arroje luz sobre este tema”. Por medio de una negación fuerte, categórica y pública de su ordenación con una mano, Dolan hubiera desplazado la carga de la prueba a los nueve «sacerdotes» que elevaron la acusación en primer lugar. Además los nueve «sacerdotes» y no Dolan y su «compañero», hubieran asumido subsecuentemente el riesgo de la no persuasión. Sin embargo, parece que Dolan eligió no desafiar agresivamente la afirmación de los nueve «sacerdotes» de que solamente fue ordenado con una mano. Al aceptar sus condiciones, parecería haberlas concedido. En su respuesta reconoció que otra persona le había dicho previamente que en las ordenaciones de 1976 había habido imposición de una mano en una de ellas. Tal vez ofreció una defensa tibia, privada porque sabía que alguien fiable había en realidad sido testigo de la imposición con una mano.
III. ¿Acaso no se retractaron después dos o tres de estos «sacerdotes»?
Si bien terceras personas han alegado retractaciones, nunca hemos vista una sola escrita. Además, nadie puede estar cierto precisamente de qué se retractaron. ¿Se retractaron de la afirmación de que la «ordenación» de Dolan fue “dudosa”, o que su “ordenación fue hecha con una mano”, o la imputación de que una de las autoridades citadas en la carta (a saber, Clarence McAuliffe, S.J.) aconsejó que tal caso “sea referido al Vaticano para ser juzgado”? Hay una gran diferencia entre cada uno de estos motivos de retractación. Como resultado, hasta que cada individuo muestre las razones en una afirmación jurada, rechazamos el valor de las retractaciones y continuamos creyendo que los nueve «sacerdotes» estaban/están moralmente ciertos en que Dolan fue «ordenado» con una mano. Además, si alguno de los «sacerdotes» se retractó basado en la perversa traducción de Cekada de la enseñanza infalible de Pío XII (ver las cuestiones V-X), podría querer renunciar a su retractación y reafirmar su fe sobre la duda de la ordenación sacerdotal de Dolan. A su réplica de 1990 Dolan agregó como apéndice una RETRACTACION Y COMPROMISO para que los nueve «sacerdotes» firmaran. Hay que notar que todo lo que pidió fue que 1) retractaran las afirmaciones e insinuaciones “que la ordenación al sacerdocio de Dolan era (o debía considerarse) dudosa y/o inválida y 2) prometieran retractar las afirmaciones e insinuaciones, no hacer más afirmaciones impugnando la validez de Dolan e informar a la gente sobre la retractación. Es muy importante notar que Dolan no les pidió que retractaran la afirmación de que había sido ordenado con una sola mano.
IV. ¿De qué forma, pues, presentó Dolan la evidencia requerida de que la ordenación sacerdotal con una mano era “ciertamente válida”?
Según la réplica de Dolan datada en octubre de 1990 a uno de los firmantes de la carta, su «compañero» Anthony Cekada, “mientras estaba estudiando otros temas, encontró amplia evidencia de que la imposición de una mano es materia ciertamente válida”. Otro «sacerdote» recordaba que, algún tiempo después de la carta de 1990, los «clérigos» fueron informados que “Tony ha estudiado el problema, y no hay dudas que una mano es suficiente”. En el 2000 Cekada imprimió e hizo circular privadamente un panfleto que contenía su defensa de la ordenación sacerdotal conferida con una mano. Luego publicó su defensa en internet.
V. Hace ya más de diez años que Cekada imprimió su defensa de las ordenaciones con una mano ¿Por qué el alboroto ahora?
Es cierto que, por un tiempo, la mayoría del clero americano y extranjero aceptó sin criticar los “descubrimientos” de Cekada. Sin embargo, en el 2005 un obispo tradicionalista (wandering bishop) sospechó que Cekada había traducido muy mal la definición de Pío XII sobre la materia del sacramento de las órdenes sacerdotales para el rito latino (que se encuentra en la constitución apostólica de 1947 Sacramentum Ordinis, que decretó la imposición de las manos para la validez de la ordenación), que casualidad que Cekada fuera tan mal latinista. Un análisis posterior llevado a cabo por un latinista formado en la universidad confirmó que la traducción era totalmente errónea. El blog Pistrina Liturgica posteó la prueba de la mala traducción como un documento de referencia y ocasionalmente discutió el tema de la ordenación conferida con una mano. Por último, en mayo de 2013, como respuesta al desafío a refutar todos los argumentos de Cekada, Pistrina Liturgica comenzó una serie de posts durante nueve meses para probar que la defensa de Cekada ya no podía usarse para defender la validez de las órdenes conferidas con una mano.
Por tanto el lego Cekada defendió hipócritamente a su «compañero» Dolan, no podía ser de otra manera, toda la vida «juntos», no obstante todos comparecieremos ante el juicio de Dios y esas simulaciones serán severamente castigadas, ya que son fruto de su soberbia y falta de humildad, ya que perfectamente podía haber pedido a su amigo el Veterocatólico, hereje y acéfalo de Mons. Pivarunas que le ordenase al menos Sacerdote y no continuar con esa falsa de simulaciones que a tantas almas està confundiendo.
Ahora estando gravemente enfermo y a punto de morir Cekada, podía manifestar su arrepentimiento, y declarar su maléfica traducción para defender a su «compañero» Dolan. Que Dios se apiade de ellos.
+Pablo de Rojas